Clara Kohn es una directora artística, diseñadora gráfica e ilustradora de Venezuela. A lo largo de los últimos años vivió en diferentes ciudades de Europa y América, desde Caracas a Amsterdam pasando por Miami y Chicago. Sus trabajos combinan un espíritu lúdico con animales como principales protagonistas.
Clara ha exhibido su arte en diferentes museos y salas del mundo y ha trabajado diseñando para marcas y revistas internacionales.
Tuvimos la oportunidad de conversar con Clara y conocer un poco más acerca de su arte e inquietudes.
¿Qué fue lo que despertó tu pasión por el arte?
Desde muy chiquita tuve una afinidad por las artes, siempre estaba dibujando y coloreando. Mi papá es arquitecto, entonces estuve rodeada de libros de arte y arquitectura al igual que muchísimos cuadros y esculturas que las incorporaba en mis juegos e historias de niña. También desde muy pequeña nos llevaron a muchos museos y mientras mi hermano se quejaba, yo siempre escuchaba a mi papá y veía todo con mucho asombro.
¿Quién era tu ídolo artístico de la infancia?
Bill Watterson. Cuando descubrí los comics “Calvin y Hobbes” me obsesione por años con ellas, compraba cualquier libro o recortaba cualquier periódico que contenía el comic. Me parecía fascinante que un solo hombre pensaba, escribía y dibujaba las increíbles historias de esos dos personajes. Me identificaba muchísimo con el personaje Calvin y su imaginación.
Muchos de tus trabajos tienen a los animales como figura central. ¿De dónde surgió esa decisión estética?
Tengo una leve, bueno algunas personas dirían grave jaja, obsesión con los animales, desde que tengo uso de razón me han fascinado. Lo primero que dibujé fueron animales. Yo creo que siempre me ha impresionado que compartimos nuestro mundo con seres tan mágicos como lo son los animales, desde la manera que se ven físicamente hasta las características e instintos de cada uno, como si tuvieran superpoderes, algunos con el olfato, otros con la vista, otros con el camuflaje. Es muy lindo también ver las relaciones que las personas tienen con los animales. Yo tengo una gata y me hace la vida cotidiana mucho más divertida.
Has vivido en diferentes partes del mundo… Caracas, Miami, Chicago, Amsterdam y Baltimore. ¿Cuál de todas ellas crees que influenció más tu carrera artística? Definitivamente Amsterdam, nunca me imagine que una ciudad estuviera tan centrada y dedicada al diseño. Me recuerdo que me la pasaba tomando fotos de posters que habían plasmados por todas las calles, hasta los posters que contenían información del gobierno eran sencillamente espectaculares. Habían librerías sólo dedicadas a vender libros de diseño y tiendas centradas sólo en objetos e intereses de diseño. Creo que en Europa en líneas generales el diseño y el arte es respetado y apreciado mucho más que en otras partes del mundo y como diseñadora era una constante alimentación para la inspiración.
¿Cuál fue tu mayor logro hasta el momento?
Lo que considero mi mayor logro hasta el momento es que gracias a lo que hago he tenido la oportunidad de vivir en tantos lugares distintos. En cada ciudad en la que he estado he aprendido muchísimo y de esas experiencias nutro mucho mi trabajo. Me encanta saber que no importa donde vayamos en el mundo somos diseñadores y artistas sin cuestionamiento, a diferencia de otras profesiones como lo son los médicos y abogados. Creo que no hay mayor logro o dinero mejor gastado, o mejor dicho invertido, que sumergirse en otra cultura y país.
Has trabajando en diferentes proyectos a lo largo de estos años. Como directora artística, diseñadora gráfica, ilustradora. Si tuvieras que elegir la obra que has realizado que más te representa, ¿cuál sería?
El cuento de niños “Teresa, La Pereza Sonriente”. Una vez que culminé ese proyecto fue que me di cuenta cual es mi voz como diseñadora y artista, ya que destaca mi amor por los animales, mi cultura e identidad como Venezolana y la inocencia y la magia que solo los niños tienen. Definitivamente fue un reto, sobre todo escribir el cuento ya que escribir no es mi fuerte, pero ver como reaccionan los niños cuando les lees el cuento me hace increíblemente feliz.
Recientemente participaste del Festival Laser Cat ADC en el Bass Museum, Miami. ¿Cómo fue esa experiencia?
Lamentablemente estuve en Caracas para el día del festival y no pude ir, pero todo lo que he leído y visto, se ve que fue un evento divertidísimo, el cual ha sido tan exitoso que lo han ido moviendo por varias ciudades. Comenzó en Miami, de ahí continuó a Barcelona en España y su última parada, pero probablemente no la última, en Brooklyn.
¡El proyecto como tal es muy divertido! Se le da de “comer” arte al gato y de ahí un curador escoge las piezas que el gato va a proyectar con sus ojos de “láser”, de ahí el nombre.
¿Qué proyectos estás preparando para los próximos meses?
Me voy a enfocar en diseñar y producir mi nueva línea de productos hechos a mano que vendo por varios sitios en internet.